lunes, 16 de abril de 2007

el mercado de las pulgas


Hoy he vuelto a ir a Los Encantes y para variar me he vuelto a casa sin lo que buscaba, pero con otros caprichos inesperados: una toalla con el dibujo de un conejo sacando la lengua, un disco de Ray Charles, pinceles, un vestido de flores bastante feo y una tarrina de DVD. No se debe ir con más de 10 €...

No sabía hasta que lo miré por internet para buscar la dirección, que a este tipo de mercados de "cachibaches" se les llamaba "mercado de las pulgas". Me pareció acertado y antes de coger la bici me disfracé de bicho como la ocasión lo pedía.

Nada más llegar salté como insecto tal sobre elefantes de plástico y lo "flipé" con las luces de colores de los llaveros. Reboté en los zapatos de goma y olisqueé entre cables y radiocasets viejos. Y así trotando choqué con tres mil ochocientas llaves muertas. -me gustaría comprarlas todas, son tan hermosas y andan sin puerta y sin dueño-. Pero una pulga como es sabido, no suele tener llavero, asi que seguí brincando y no por gusto, sino porque quemaba el suelo. El mercado de Los Encantes tiene la forma perfecta de una sartén, cualquier rayo de sol rebota tres mil ochocientas veces en los brillos de los objetos; es lo que más hace comprar, el brillo, cualquier buena pulga comerciante lo sabe. Y sólo guiada por el sentido de la vista salte de un lado para el otro durante varias horas hasta que el calor me dio fatiga y decidí volver a casa.

Pero en la puerta de salida me dí la vuelta y decidí contemplar la escena de la que yo había formado parte. Las pulgas es sabido que por su paso van dejando picaduritas que marcan su camino transitado y en el mercat se dibujaba una espectacular maraña que hacía de aquel recinto el caos más humano que jamás he visto. La señora que miraba a primera hora las bragas ahora preguntaba por el pomo de una puerta y el vendedor que primero regateaba, ahora le deba cambio al del puesto de al lado y un etcétera infinito, -hasta las cinco que cerramos nena-.



El dibujo es cedido por Candela, que a sus 5 años es una dibujante bárbara.

1 comentario:

Anónimo dijo...

sra elefanta, malegro mucho q disfrutara disfrazándose pa comprar en lo que aquí llamariamos "mercadillo donde se ponen los kinkis a vendé cosas robás". pero, ¿¿no se extrañó la gente de vé una pulga tan grande por ahí dando saltitos?? estos catalanes es lo q tienen, q van a su rollo y no se fijan en ná.

besitos de tu nita, q desaparece cuando tu vienes...de verdá q no lo hago queriendo :(

te viá comé cuando te vea

Así como empezó,
el cicló se cerrará;
con una medusa gigante
que a todos engullirá.